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Nuestra teoría de las ideas perturbadoras

(Trabajo en proceso)
Fotografías intervenidas con agua.
¿Quién sabe o cuenta que tiene orígenes indígenas? Yo siempre pensé que mi apellido venía de Roma pero no: di sepultura al cadáver del indio Francisco Centurión.
Rastreé todo lo que pude, fue difícil, pero en realidad estaba en la superficie. Esto que encontré es algo que siempre estuvo presente, cerca mío, algo que me convoca pero que se oculta. ¿Qué hay en mi cara que no veo? Tuve suerte porque alguien escribió, dejó un rastro, una palabra.

Algo perturba los sueños e insiste en aparecer, forma parte de un paisaje de barro seco y de río, truena.

Nuestra teoría de las ideas perturbadoras es un intento de reconocimiento, un archivo con lo que no hay. Es en parte el aforismo aymara que nos dice que ante nuestros ojos está el pasado, que es lo único que conocemos, y que condiciona nuestro futuro que está a nuestras espaldas.

Entonces para poder volver al origen tengo que des-ocultarme, arrancarme los pelos, el rostro y ver.

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